Aplicación del enfoque del Marco Lógico

Llevar a la práctica el marco lógico es sencillo si se conoce bien su funcionamiento y estructura. Una parte esencial de este método de gestión de proyectos son sus tres principios:

1. Claridad: en la información que contiene, que debe facilitar su comprensión y en los datos expuestos, que siempre tiene que ser objetivos y verificables.

2. Participación: el máximo valor se consigue de la aportación conjunta y, por eso, se recomienda involucrar en la creación de la matriz del marco lógico a personas de distintos roles dentro del proyecto.

3. Orientación: el trabajo de planificación se orienta hacia los objetivos, pero sin perder de vista la visión que los inspira. Cuando esta perspectiva está conseguida, el proyecto se puede concretar en resultados y actividades. La matriz del marco lógico ha de reflejar en sus cuatro columnas y sus cuatro filas los tres elementos clave de todo proyecto, que son:

Metas y su priorización, como medio de definir el proyecto y su propósito.
Entorno, haciendo referencia a los supuesto y su forma de influir en el progreso y resultado del proyecto.

Control, que se articula en base a indicadores y necesita de fuentes de verificación para poder optimizar la facultad de seguimiento y evaluación de la consecución de hitos.
Teniendo claros estos conceptos, es posible construir el marco lógico atendiendo a los distintos supuestos, fuentes de verificación, indicadores y lógica de intervención; elemento este último, que se descompone en cuatro partes:

Fin global.
Propósito.
Resultados.
Actividades.
Dile a tu tía que verifique la número 1 y la 5

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